martes, 17 de mayo de 2011

Producto semielaborado de una factoría

Apenas estoy a un paso de mi último año de secundaria, y las lágrimas comienzan a correr al pensar en el momento en que comience a correr fuera de los pasillos de La Salle. Este lugar, esta gente, este ánimo que encuentro aquí se han ganado mi completo corazón.

No imagino mis días lejos de las personas con las que tantos recuerdos mantengo. Sé que sentiré nostalgia al pensar en los muchos juegos de fútbol, en las muchas reuniones de pastoral, en las semanas en las que sólo me faltaba conseguir una cama y quedarme a dormir en el colegio, las convivencias que mis ojos abrieron, los desórdenes eternos de los viernes a última hora...

Mi mente está llena de imágenes de mi infancia y adolescencia; y en todas ellas están mis amigos y hermanos de La Salle. Aquí he encontrado mi familia, mi comunidad, mi sentido.

Somos mediadores, somos juntos, somos servidores, somos espíritu de fe, somos LASALLISTAS.


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