
Como ladrón vienes en la noche, queriéndote robar lo que no es tuyo. ¿Qué debo sentir cuando me arrebates lo poco que tengo? ¿Cambiarás lo que tomas de mí por amor que todo mundo necesita?

Ahora, 6 años después, recibimos el sacramento de la Confirmación y el panorama es completamente diferente. ¿Qué paso con las florecitas y zapatitos? Al parecer, el tiempo los transformó en vestidos cortos y tacones altos. Al entrar a la parroquia no sabía si estaba en un lugar sagrado o en un desfile de modas. Debo admitir que mis amiguitas estaban bellísimas, aunque algunas vestían algo exageradas para la ocasión. Me puedo imaginar la cantidad de abuelas diciendo: "En mi tiempo uno no podía ir así a la Iglesia, ¡cuánto han cambiado las cosas!"