lunes, 20 de octubre de 2014

Un canto a mi vieja ciudad

Solo porque sí, porque era perfecta.
Me dejé deslumbrar por los colores de la vida,
de la ciudad perdida y sus historias escondidas.

La lluvia que inundaba las terrazas
cantando las canciones de mi infancia.
Trae con ella algo de nostalgia,
ilusiones y promesas pasadas.

viernes, 6 de junio de 2014

Las sonrisas que me gustan

Hay  días en que las sonrisas son más sutiles y sinceras, en que no hace falta forzarlas en nuestro rostro. Días en que esa distintiva línea curva se dibuja inconscientemente. Me agradan esos días.

Cuando reconozco aquella sonrisa, mi corazón se regocija. No necesito más palabras, ella lo dice todo en una íntima y silente conversación. Estás plenamenta feliz.

lunes, 7 de abril de 2014

La mañana que vendrá

Una mañana despertaré con el mundo sobre mis hombros. Estaré sola o brevemente acompañada de efímeras siluetas.

Una mañana sin palabras que la describan, que la contengan. Poco hablaré con ella. El cielo no estará nublado ni soleado, tal vez ligeramente coloreado.

Una mañana vendrá, quizá de tarde o de noche. Tácita, me encerrará entre sus brazos y me hablará de extrañas aventuras. Así vendrá ella, desprovista de invitación, en una mañana cualquiera.

viernes, 21 de febrero de 2014

Seja um idiota

Texto original por: Arnaldo Jabor
Traducido por: Gabriela Cepeda

La idiotez es vital para la felicidad.

Gente aburrida esa que quiere ser siempre seria, profunda y visceral. Ptss! La vida ya es un caos, ¿por qué hacer de ella un tratado? Deja la seriedad para las horas en que sea inevitable: muertes, separaciones, dolores y demás.

En el día a día, por amor a Dios, ¡sé un idiota! Ríete de tus propios defectos y de quien halla defectos en ti. Ignora lo que el estúpido de tu jefe diga. Piensa así: quien tiene que cargar con aquella cara fea todos los días, inseparablemente, es él. Pobrecito de él.

Miles de matrimonios se acaban no por falta de amor, dinero, sexo, sincronía; sino por la ausencia de idiotez. Trata a tu amor como tu mejor amigo o amiga, y listo.

¿Quién dijo que es bueno compartir la vida con alguien que tiene consejo para todo, soluciones sensatas, pero no consigue reírse cuando tropieza?

Hahahahahahahahahaha!

Alguien que sabe resolver una crisis familiar, pero no tiene la menor idea de qué hacer para llenar las horas libres de un fin de semana. ¿Cuánto hace que no vas al cine?

Es muy común que la gente se sienta perdida cuando se acaban los problemas. ¿Y ahora? ¿Qué harán si no tienen de qué desesperarse?

Desaprendieron a jugar. Yo no quiero alguien así conmigo. ¿Tú quieres? Espero que no.

Todo lo que es más difícil es más gustoso, pero… la realidad ya es dura. Dura, densa y muy ruin. Jugar es chulo. ¿Entendiste?

Olvídate de lo que te dijeron sobre ser adulto, todo aquello de que no se debe jugar con la comida, no hablar porquería, no ser inmaduro, no llorar, no andar descalzo, no bañarse en la lluvia… ¡Salta la cuerda!

Los adultos pueden y deben contar chistes, pasear en el parque, reír alto y lamer la tapa del yogurt.

Ser adulto no es perder los placeres de la vida – y ese es el único NO permitido.

Prueba la teoría. Una semanita, para comenzar.

Ve y siente las cosas como si fueran lo que realmente son: pasajeras. Levántate en la mañana y decide entre dos cosas: permanecer de mal humor y transmitir eso durante el día o sonreír…

Lo bueno es tener el problema en la cabeza, sonrisa en el rostro y paz en el corazón. Deja tus problemas en manos de Dios y, ¿qué tal un cafecito sabroso ahora?

La vida es una pieza de teatro que no permite ensayos. Por eso canta, llora, baila y vive intensamente antes de que la cortina se cierre.

jueves, 20 de febrero de 2014

La llamada

Se podía oír el dolor en su voz. Un tono que nunca antes había escuchado. Una tristeza imposible de enmascarar. Apenas tomé el teléfono se limitó a unas pocas palabras. Un cómo estás, las preguntas comunes sobre la universidad, todo bajo un son de monotonía.

Él presentaba los clásicos síntomas de una separación. Aun consciente de sus metidas de pata, era inevitable extrañar el aroma del hogar. Él no dijo más en aquella llamada, pero yo lo sabía: la extrañaba.

miércoles, 29 de enero de 2014

El sentir que nos hace persona

Y pronto uno se da cuenta que lo indispensable no era tan indispensable y que fácilmente uno se equivoca.

Descubro también que fallamos, nos equivocamos y nuestras decisiones duelen. Duelen, nos fortalecen, todo en un sinergismo perfecto. Lo necesitamos. Es un sentir que edifica. El vacío por llenar, las preguntas, el sentirse humano. Sí,esa espiral de emociones que nos recuerda lo que somos. Nos distrae, nos regresa a nosotros, nos saca de la rutina, del hacer mecánico, nos vuelve persona.