viernes, 21 de febrero de 2014

Seja um idiota

Texto original por: Arnaldo Jabor
Traducido por: Gabriela Cepeda

La idiotez es vital para la felicidad.

Gente aburrida esa que quiere ser siempre seria, profunda y visceral. Ptss! La vida ya es un caos, ¿por qué hacer de ella un tratado? Deja la seriedad para las horas en que sea inevitable: muertes, separaciones, dolores y demás.

En el día a día, por amor a Dios, ¡sé un idiota! Ríete de tus propios defectos y de quien halla defectos en ti. Ignora lo que el estúpido de tu jefe diga. Piensa así: quien tiene que cargar con aquella cara fea todos los días, inseparablemente, es él. Pobrecito de él.

Miles de matrimonios se acaban no por falta de amor, dinero, sexo, sincronía; sino por la ausencia de idiotez. Trata a tu amor como tu mejor amigo o amiga, y listo.

¿Quién dijo que es bueno compartir la vida con alguien que tiene consejo para todo, soluciones sensatas, pero no consigue reírse cuando tropieza?

Hahahahahahahahahaha!

Alguien que sabe resolver una crisis familiar, pero no tiene la menor idea de qué hacer para llenar las horas libres de un fin de semana. ¿Cuánto hace que no vas al cine?

Es muy común que la gente se sienta perdida cuando se acaban los problemas. ¿Y ahora? ¿Qué harán si no tienen de qué desesperarse?

Desaprendieron a jugar. Yo no quiero alguien así conmigo. ¿Tú quieres? Espero que no.

Todo lo que es más difícil es más gustoso, pero… la realidad ya es dura. Dura, densa y muy ruin. Jugar es chulo. ¿Entendiste?

Olvídate de lo que te dijeron sobre ser adulto, todo aquello de que no se debe jugar con la comida, no hablar porquería, no ser inmaduro, no llorar, no andar descalzo, no bañarse en la lluvia… ¡Salta la cuerda!

Los adultos pueden y deben contar chistes, pasear en el parque, reír alto y lamer la tapa del yogurt.

Ser adulto no es perder los placeres de la vida – y ese es el único NO permitido.

Prueba la teoría. Una semanita, para comenzar.

Ve y siente las cosas como si fueran lo que realmente son: pasajeras. Levántate en la mañana y decide entre dos cosas: permanecer de mal humor y transmitir eso durante el día o sonreír…

Lo bueno es tener el problema en la cabeza, sonrisa en el rostro y paz en el corazón. Deja tus problemas en manos de Dios y, ¿qué tal un cafecito sabroso ahora?

La vida es una pieza de teatro que no permite ensayos. Por eso canta, llora, baila y vive intensamente antes de que la cortina se cierre.

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