Hay días en que las sonrisas son más sutiles y sinceras, en que no hace falta forzarlas en nuestro rostro. Días en que esa distintiva línea curva se dibuja inconscientemente. Me agradan esos días.
Cuando reconozco aquella sonrisa, mi corazón se regocija. No necesito más palabras, ella lo dice todo en una íntima y silente conversación. Estás plenamenta feliz.
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