Necesito controlarme. Aprender a trabajar en equipo. Llevar un ritmo más lento y no desesperar al otro con mi desesperación. No soporto ver que el otro haga las cosas mal, o lo que es lo mismo para mí, no tan bien. Este es uno de mis mayores defectos. La buena noticia es que tengo más que tiempo para aprender, para entender que no todo tiene que ser siempre perfecto. Para entender que vale más una pequeña imperfección que una vida llena de tensión y desconfianza en el trabajo del otro. La pregunta ahora es: ¿cómo lo haré? ¿Cómo cambiaré?.
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