martes, 5 de julio de 2011

Querido Remitente

Te hartaré de cartas que nunca leerás, palabras abandonadas a su suerte. Serás mi querido receptor, al que escribo mis palabras sin sentido. Te escribiré lo que nunca dije, lo que tan solo las palabras escritas pueden soportar, lo que censuro al hablar. Y más que mi querido receptor, serás mi tan esperado remitente. ¿Aceptas?

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