Desde esta mañana sentí la necesidad de escribir sobre ti. Primeramente, nuestro reencuentro en el día de ayer me hizo pensar en los muchos aspectos positivos que posees, a pesar de nuestras diferencias. Me sorprende cómo me haces reflexionar sobre mi vida y ni siquiera te percatas de lo que pasa de este lado.
Siento que conocerte fue una bendición (sí, aunque no te guste la palabra). Digamos que antes de conocerte creía que tenia el mundo entero a mis pies, pero me hiciste caer en la realidad de que el día a día está para superarse. Esta no es la primera vez que lo digo y repito: tú me haces pensar en lo ignorante que soy y lo mucho que me falta por aprender.
Gracias eternas por inconscientemente moverme a la superación. Gracias a ti he podido alcanzar grandes cosa en mi vida. Espero poder algún día retribuirte.
Con cariño,
GC
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