Eso es, PARAR, parar sin hablar, tan solo respirar. Parar
para poder moverme y salir de la inercia, parar para descubrir. Paro y abro los
ojos, paro y me hablo de lo que ha pasado, de lo que me ha pasado e ignoro. Me
hago confesiones, tengo esa enriquecedora conversación conmigo misma. ¡Cuánto he corrido sin descanso! Pero ahora paro, ¿y sabes qué? Se siente bien.
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