No me parece justo todos los detalles que dejamos escapar. No me parece inteligente recluirse e ignorar los pequeños detalles de la ciudad, de la gente, de su aroma, de sus gestos...
Nos privamos de las bellezas de la vida por miedo o por pereza. Desviamos nuestras fuerzas, llenamos nuestro pozo de cosas superfluas y corremos el riesgo de caer en la cotidianidad.
Al igual que todos, tengo muchas preguntas. Y las respuestas sólo se consiguen viviendo, apreciando los detalles, burlándose de la sociedad de vez en cuando y construyendo lo que queremos ser día tras día. Las recetas las podemos dejar en la cocina, no nos sirven para caminar. Las respuestas no la encontramos en libros, revistas, programas televisivos, facebook o twitter. Simplemente están ahí afuera, esperando por nosotros (porque eso sí, son vagas, no dan ni un paso).