jueves, 17 de junio de 2010

La otra cara de la moneda

A veces me pregunto por qué es más sencillo escribir de algo malo y triste que de algo bueno. ¡Cuántos poemas he leído de desamor, soledad, corazones rotos y abandonos! Leo la recopilación de las mismas cosas que escribo, ¡y Dios! Me pregunto qué pasaba por mi cabeza en ese momento. Para mí, es como demuestro mi otra cara…


Raramente me verás con una cara triste y llena de enojo. Siempre ha sido más fácil desquitarme con papel y lápiz. Es una puerta a la Gabriela que nadie conoce, donde amontono cada gramo de decepción. Es mi manera de expresar eso que no hago con mi actuar. Algunos beben, consumen drogas, salen a fiestas… yo, en cambio, hallé mi remedio en la escritura.

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