Tuve que dejar atrás por una semana todo lo que conocía para descubrir que después del puente existe otro mundo. Detrás de esta experiencia de letrinas, cucarachas, convivencia fraterna, pocas horas de sueño; están todas las enseñanzas que me llevo en la mochila.
Nunca imaginé que sería fácil, y NO, no lo fue. Sentí nostalgia de mi hogar, sentí cansancio, pero, sobre todo, siempre sentí que tenía que dar más. Esas personas del Higüero necesitaban el extra que yo podía dar.
Tal vez no vuelva con las mismas personas, tal vez no vuelva al mismo lugar. Sólo sé que en mi destino estaba estar allí con esos hermanos, que no son perfectos pero sí sinceros. Sólo sé que de vez en cuando miraré dentro de mis memorias y me llevaré todas las sonrisas que me supieron regalar.
Me embarqué en una aventura para dar lo que tenía, y recibí a cambio más de lo que necesitaba. Un urra a Dios por esta y tantas experiencias que marcan y cambian mi vida.
Me gusta mucho!!!
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